Defender la alegría...

¡Buenos días! ¿cómo va la semanita? la mía muy bien pero sin parar ya que tengo visita y claro, todo el día de aquí para allá y como en Roma casi no hay monumentos que visitar...pues acabo muerta, pero merece la pena ;). Hoy quería publicar un poema que me encanta, se llama "Defender la alegría" y es de Mario Benedetti. Sé que no son momentos fáciles para muchos de nosotros y por unas razones o por otras, a veces, perdemos esa "chispa" que nos hace ser felices y que nos da fuerzas para seguir adelante. Creo que las circunstancias, la mayoría de las veces, son externas a nosotros y no podemos hacer nada, pero también sé que cambiar la perspectiva y recordar aquello que nos hace felices y nos impulsa a seguir para adelante, hace  que las cosas las vivamos en modo diferente, o al menos eso creo yo. Así que no podemos permitirnos perder esa alegría, esas pequeñas cosas que nos hacen felices cada día. Para mí es un buen desayuno, un paseo en buena compañía, una visita inesperada, un aperitivo en buena compañía, un mensaje sorpresa, una conversación entre amigas, un te quiero y estoy segura, de que si sigo pensando se me ocurren muchas más ;).

"Defender la alegría como una trinchera 
defenderla del escándalo y la rutina 
de la miseria y los miserables 
de las ausencias transitorias 
y las definitivas 

defender la alegría como un principio 
defenderla del pasmo y las pesadillas 
de los neutrales y de los neutrones 
de las dulces infamias 
y los graves diagnósticos 

defender la alegría como una bandera 
defenderla del rayo y la melancolía 
de los ingenuos y de los canallas 
de la retórica y los paros cardiacos 
de las endemias y las academias 

defender la alegría como un destino 
defenderla del fuego y de los bomberos 
de los suicidas y los homicidas 
de las vacaciones y del agobio 
de la obligación de estar alegres 

defender la alegría como una certeza 
defenderla del óxido y la roña 
de la famosa pátina del tiempo 
del relente y del oportunismo 
de los proxenetas de la risa 

defender la alegría como un derecho 
defenderla de dios y del invierno 
de las mayúsculas y de la muerte 
de los apellidos y las lástimas 
del azar 
y también de la alegría."